jueves, 27 de agosto de 2020

23º Festival de Cine en Español de Málaga (y 2)

"Un mundo normal" [***½], de Achero Mañas (Sección Oficial)
Esa supuesta "normalidad" de la vida de la gente es lo que quiere destacar Achero Mañas en su nueva película para ponerla en cuestión, concluyendo que no existe tal cosa, sino que cada cual afronta la vida como desea dentro de las opciones que puede manejar o le dejan. Y, así, Ernesto Alterio dibuja un espléndido personaje, el de un hombre muy desorientado en lo personal (con su relación en vías de romperse) y en lo laboral ("abocado" a realizar series para sobrevivir -acertada crítica sobre el medio televisivo-) que deberá decidir si lleva a cabo la petición de su madre de que, tras su muerte, su cuerpo sea arrojado al mar, con los problemas legales que ello conlleva. Metáfora de que la coherencia podrá llevar, no sin dificultades, a encarrilar su vida. Un mensaje noble para un filme humanista que, con sus imperfecciones, emociona.

"Black Beach" [**], de Esteban Crespo (Sección Oficial)
Puede ser loable querer hacer en el cine español un thriller de empaque, al estilo de la saga de Jason Bourne, pleno de acción, argumento pretendidamente complejo, localizaciones internacionales y, además, mensaje social de fondo. Pero, en el caso de "Black Beach", el exceso no bien medido de ambición lleva a una trama con más momentos de inverosimilitud de lo deseado.

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